viernes, 20 de diciembre de 2013

10 Consejos para un recién graduado. Expectativa vs Realidad.


Sí, aunque el gobierno salga a cada rato con falacias respecto a que los índices de desempleo han disminuido, la realidad para un recién graduado parece ser otra. Por años nos sumergimos a la presión de una universidad o instituto de educación, en donde entramos con las mil y una expectativas, pensando que inmediatamente cuando nos graduemos tendremos un jugoso sueldo que nos servirá para cumplir todos esos caprichos terrenales de los cuales nos privamos en nuestras épocas de estudio.
Para obtener un título profesional nos toca cumplir con varios requisitos que pueden alejarnos de ese tan anhelado cartón, incluso por años (tesis, cursos de inglés, proyectos de grado, practicas, materias, etc…). Cuando por fin logramos vencer todos esos monstruos creemos que de ahí en adelante todo será color de rosa, tal cual cuento de los hermanos Grym. Y omitimos que afuera se encuentra un temido villano que no tiene compasión, cuya especialidad es destruir los proyectos y sueños que uno acumula cuando se gradúa; ese dichoso coco es el mercado laboral. Que a pocos recién egresados trata de maravilla, la cual es una cuestión de suerte.
Y es que conseguir un trabajo siempre es un desafío, y más si es por primera vez. Encuestan afirman que el promedio en América latina para encontrar el primer empleo al salir de la carrera es de seis meses o más, y sólo el 10% logra ser contratado por una empresa antes de egresar de su alma mater. Diversos son los puntos de vista que sustentan estas preocupantes cifras como: las empresas no confían en los jóvenes sin experiencia, en nuestros países hay pocas oportunidades laborales o que la carrera estudiada tiene poco campo de contratación. Sea cual sea el motivo cuando intestas por primera vez conseguir un trabajo termina sucediendo que “No tienes trabajo porque no tienes experiencia y no tienes experiencia porque no tienes trabajo”. Cuando se entra en este dilema, se empiezan a desmoronar proyectos y las frustraciones por no poder cumplirlos salen a flote.
Precisamente en esos momentos es cuando quieres devolver el tiempo y regresar a tu época de estudios. Porque no es un secreto, los años cuando eres un estudiante son prácticamente los mejores, la vida de un universitario como dirían en la costa caribe colombiana es “la más sabrosa”. Uno sólo se dedica ir a sus clases,  aprobar materias, salir de fiesta y darse la buena vida; mientras que el hotel papi y mami solventan todos los gastos. Claro, hay muchos que les toca trabajar para poder costearse sus estudios, lo cual es de admirar.
Pero tanto ellos como los que fueron mantenidos al graduarse sufren del síndrome del recién graduado; influenciado por la familia, amigos y entorno en general. Que nace cuando: los padres cortan la ayuda económica, en ningún lugar se consigue empleo, vemos que nuestros contemporáneos tienen un súper trabajo o cuando queremos tener cosas y no podemos comprarlas porque no tenemos plata. Es tan complejo este síndrome que a raíz de la desesperación por tener trabajo; puede llevarnos a perder el valor de nuestro tiempo, capacidades y aprendizaje. Llevándonos en muchas ocasiones a tomar decisiones apresuradas como: emplearnos en labores ajenas a nuestra profesión o desarrollar negocios o proyectos que carecen de fundamentos, y que pueden ocasionar incluso pérdidas.
Pese a ese instinto de ser los mejores, por cosas que uno no se explica, aquellos que marginábamos en la universidad por parásitos y tratábamos de brutos, resultan ser a quienes mejor les va. Es así, no siempre los más listos o los más aplicados resultan ser quienes logran encontrar trabajo una vez se gradúan. Así es la vida. Nada que hacer. La realidad termina siendo en este caso distinto a lo que esperábamos y precisamente ese choque con ella que muchas veces genera en nosotros cambios de actitud que pueden ser positivos, pero también negativos.
Es complicado estar en una situación como esta, la que parece ser un callejón sin salida. Por ello si en estos momentos te encuentras en una encrucijada similar, te comparto 10 consejos para tener en cuenta si eres un recién graduado, aquí van:
1-    Evita compararte con tus amigos. ¿Te enteraste que un compañero poco brillante de tu generación ya tiene empleo en una súper empresa? ¡Mantén la calma! La experiencia profesional es diferente para cada persona, concentrarte en tu propio proceso es más productivo que estar al pendiente de los movimientos de los demás.
2-    No dejes de estudiar. Te darás cuenta de que la universidad no te ha preparado al 100% para el trabajo, por ello es necesario tener una visión enfocada al aprendizaje constante. Preocúpate por adquirir habilidades adicionales que puedan ser atractivas y relevantes para tu profesión.
3-    Redacta una buena hoja de vida. Un par de hojas es suficiente para un recién egresado, puedes incluir tus prácticas profesionales y servicio social como experiencia. Enfócate en presentar un currículo claro, breve y libre de faltas de ortografía. Y por supuesto con la documentación pertinente.
4-    Aplica a empleos a los que estés calificado. No pierdas tiempo aplicando a empleos en los que no encaja tu perfil laboral, probablemente ése sea el problema que te esté cerrando puertas. Enfócate en aplicar a aquellos en los cuales cumplas a cabalidad con los requisitos exigidos.
5-    Ten expectativas realistas de tu primer empleo. Tu primer empleo puede estar muy alejado de lo que imaginaste cuando eras estudiante, no te desanimes si descubres que tus actividades no son tan relevantes como pensabas. Concéntrate en hacer un excelente trabajo, aprender y establecer relaciones con profesionales de experiencia.
6-    Da un buen uso del internet. Las bolsas de trabajo online, las redes sociales, los medios de información y páginas corporativas de empresas son una excelente fuente de información y abren un espacio para establecer redes de contactos.
7-    Nunca acudas a una entrevista sin haberte preparado. Hay reglas básicas para prepararse en la entrevista, una de ellas es llevar el atuendo adecuado y mostrarse profesional. Tomarte el tiempo de prepararte marcará la diferencia entre tú y el resto de los candidatos.
8-    Busca relaciones profesionales de valor. A partir de ahora tendrás que construir un círculo social profesional, que deberá incluir a personas clave que puedan ser de ayuda en tu carrera.
9-    Aprovecha tu tiempo. Inicia cuanto antes tu búsqueda de empleo y tómala enserio. Si no encuentras el trabajo que buscas puedes ocupar tu tiempo libre en tomar un curso o realizar trabajo voluntario.
10-                      No te desesperes. Recuerda, las cosas buenas tardan en llegar. Los pensamientos negativos hay que cancelarlos. Pon en práctica los anteriores consejos seguramente te servirán de ayuda.
Algunas veces, pese a la determinación para hacerlo, el tamaño de una tarea importante, puede detenerte, especialmente al inicio. Comenzar puede ser difícil. El escritor enfrenta una página en blanco, el maestro encara el primer día de escuela, y la gente de negocios el lanzamiento de un nuevo proyecto. Es poco probable que en el primer intento tengas éxito. Por ello no dormirse en los laureles puede ayudar a que tus propósitos tarde o temprano se cumplan.
Hay que tener claro que la formación académica no lo es todo, ya que esto no te garantiza rendir en una empresa en la práctica. Los sentimientos de frustración o comparación con otros son innecesarios. Y aprovechar el tiempo libre investigando puede ser una excelente opción. El choque de tus expectativas versus la realidad, no siempre es lo más agradable. Esas cosas no sólo suceden en lo laboral, sino en la vida en general. Por ello no hay que rendirse y siempre echar pa´ lante, recuerda que a veces toca iniciar por lo poco, pero lo importante es eso, iniciar.
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 Alvaro J Tirado R.
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viernes, 13 de diciembre de 2013

¿Quién entiende a la gente?

Hagas lo que hagas, siempre hablarán de ti. Y aunque suene trillado, es la pura realidad; ya que convivimos en una jungla de cemento y fieras que por naturaleza tienden a ver la paja en el ojo ajeno.
Es más que claro que Dios hizo seres humanos distintos en su forma de ser, actuar y pensar. Por ello es que en muchas ocasiones diferimos con otras personas sin ni siquiera conocernos. Puede que sea una cuestión de feeling o energías que tiende hacernos caer bien o mal. Muchas veces ella es la responsable de despertar sentimientos que enferman el alma, tal es el caso de la envidia; una sensación o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sean bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas.

Pareciera que el diablo se la inventó para amargarnos el rato, puede que en algún momento de nuestra vida hayamos tenido esa sensación por alguien o hayamos sentido que alguien la tiene hacia nosotros. Todo ello es producto de la inconformidad del hombre que hace que continuamente esté buscando a quien seguir, a quien juzgar o criticar, y qué usar para llenar sus expectativas. Sin medir el daño que pueda causarle a alguien con tan sólo expresar un mal comentario.

Definitivamente no somos moneditas de oro para caerle bien a todo el mundo. Y aunque creas estar haciendo lo mejor; siempre te criticarán, hablarán mal de ti y será difícil que encuentres alguien a quien le conformen tus actitudes. Para explicarlo mejor te comparto la siguiente historia:

Había una vez un matrimonio con un hijo de doce años y un burro. Decidieron viajar, trabajar y conocer el mundo. Así, se fueron los tres con su burro.
Al pasar por el primer pueblo, la gente comentaba:
“Mira ese chico mal educado; él arriba del burro y los pobres padres, ya grandes, llevándolo de las riendas”
Entonces, la mujer le dijo a su esposo:
“No permitamos que la gente hable mal del niño.”
El esposo lo bajó y se subió él.
Al llegar al segundo pueblo, la gente murmuraba:
“Mira qué sinvergüenza ese tipo; deja que la criatura y la pobre mujer tiren del burro, mientras él va muy cómodo encima”.
Entonces, tomaron la decisión de subirla a ella al burro, mientras padre e hijo tiraban de las riendas.
Al pasar por el tercer pueblo, la gente comentaba:
“Pobre Hombre…. Después de trabajar todo el día, debe llevar a la mujer sobre el burro! y pobre hijo ¡qué le espera con esa madre!”
Se pusieron de acuerdo y decidieron subir los tres al burro para comenzar nuevamente su peregrinaje.
Al llegar al pueblo siguiente, escucharon que los pobladores decían:
“Son unas bestias, más bestias que el burro que los lleva, van a partirle la columna!”
Por último, decidieron bajarse los tres y caminar junto al burro.
Pero al pasar por el pueblo siguiente no podían creer lo que las voces decían sonrientes:
“Mira a esos tres idiotas: caminan, cuando tienen un burro que podría llevarlos”.

La conclusión del cuento es más que clara. Pero la historia de la familia y el burro no es ajena para nada a nuestra cotidianidad, también mujeres y hombres podemos encontrarnos en esas situaciones en las que hagamos lo que hagamos, siempre encontramos a alguien al que no le parezca lo que estamos haciendo. Prueba de ello queda claro con el siguiente ejemplo:

Una mujer:
Si no tiene curvas, es gorda.
Si adelgaza, se ve enferma.
Si se maquilla, no es natural.
Si no lo hace, es dejada.
Si dice lo que piensa, es una grosera.
Si no lo dice, es hipócrita.
Si se defiende, es peleona.
Si no se defiende, no tiene carácter.
Si se ríe, no es seria.
Y Si no, es una amargada.
O
Un Hombre:
Si va al gimnasio, es un metrosexual.
Si no va, es un flojo.
Si gasta mucho dinero, es un despilfarrador.
Si no lo gasta, es un tacaño.
Si tiene varias mujeres, es un perro.
Si no, está quedado.
Si vive en la calle, es un vago.
Si pasa en su casa, es un bobo.
Si es chistoso, es inmaduro.
Y Si no lo es, es un aburrido.

Pero, ¿Quién entiende a la gente? Si haces algo mal, te critican. Y si haces algo bien, te buscan el error. Pareciera que la desdicha ajena se convirtiera en su dicha. O ese hecho de verte progresar, hacer lo que te gusta o hacer cosas que no pueden hacer ellos; automáticamente te convierte en la diana de sus flechas.
Es por eso que los comentarios de los demás no deben ser tu punto de apoyo principal. Tal vez te critiquen por lo que haces, por cómo lo haces; tal vez hablen de tu familia, de tus hijos, tus amigos, de tu forma de ser, de tu profesión o de tus creencias religiosas.

Lo realmente importante es hacer las cosas bien, de la manera correcta, fundamentados en un carácter construido con principios de vida; cuando ello es así, lo último que debes tener es miedo a la crítica, a la murmuración o a la burla. Porque ya el tiempo le dará la razón al que la tiene.
Por algo el genial Maxwell dice: “Cuando quieres emprender algo, habrá mucha gente que te dirá que no lo hagas, cuando vean que no te pueden detener y lo estás haciendo de la forma correcta, te dirán cómo lo tienes que hacer, y cuando finalmente vean que lo has logrado, dirán que siempre creyeron en ti”.

Por eso vive como creas. Haz lo que te dicte el corazón. Haz lo que sientas. Una vida es una obra de teatro que no permite ensayos. Por eso: Canta ríe, baila, ama y vive intensamente cada momento de tu vida, antes que el telón bajo y la obra termine sin aplausos.
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martes, 3 de diciembre de 2013

¿Cómo identificar un verdadero Amigo?

Qué rico encontrar personas con los cuales tengamos química, no precisamente de la que nos dan en el colegio o la universidad, sino de esa que sólo se siente con personas que compaginan de una forma mágica contigo. Dios nos hizo de una manera tan variada y no escatimó detalle alguno al crear seres completamente diferentes en la forma de pensar y de ser, es por eso que no con todos nos la llevamos bien.


A veces encontrar amigos puede ser fácil, otras difícil; aunque no sean muchos, tan sólo tener uno puede ser lo suficientemente significativo para ti. Muchas veces confundimos lo que es una amistad, quizás nuestra cultura no ha llevado a decirle independientemente a que lo sea a cualquier conocido: "amigo". Debido a eso en ocasiones nos pegamos ciertas desilusiones con personas que no eran los que esperábamos y esto termina siendo como una ruptura amorosa. Créanlo, no sólo por amor uno puede pasar una tusa, por problemas con amigos, también. 

Es  muy lindo tener amigos pues la vida se hizo para compartirla con otras personas, pero más rico es:

  • Tener de esos que aunque la distancia los separen no importa el medio, pero logras comunicarte con ellos. 
  • De los que pasan los días sin verse y cuando se ven arman un carnaval de sonrisas y abrazos. 
  • Esos que cuando sabes un chisme, cuentas los segundos porque tienes que decírselo de una. 
  • Los mismos con los que salir a pasear o irte de rumba son diversión segura.
  • Con los que no te da pena decir que estás sin plata.
  • Esas personas que no tienes necesidad de decirles que estás triste y que con sus palabras de aliento te suben los ánimos. 
  • Aquellos a los que les tomas sus cosas sin permiso, porque sabes que no se enojarán. 
  • De los mismos a los que te le sabes hasta el último dato de su vida. 
  • Los que por nada del mundo te harían un desplante. 
  • Esos que son los primero a los que les escribes o llamas cuando te sucede algo importante. 
  • Aquellos con los que cuando peleas, sientes que estás en una crisis matrimonial. 
  • Con los que  no te da vergüenza emborracharte, cantar y bailar. 
  • Los que no tienes que acosar para que te saluden, ni comprarlos con regalos o dinero para que siempre te den una sonrisa y te hablen con agrado. 
  • Simplemente con los que eres tú mismo.

Durante la vida llegamos a confundirnos y a no darnos cuenta quienes son en verdad las personas a las que les importamos, gracias al cielo existen los momentos difíciles, pues ellos son los que ayudan a darnos cuenta en verdad quien es quien. Y es que ese dicho que dice: "Amigos pocos y conocidos muchos" es más que cierto.

En muchas ocasiones somos idealistas y buscamos ciertos parámetros a la hora de tener ciertas amistades, lo cual es una ruleta rusa, pues no siempre con quien creemos tener una amistad en el fondo la tenemos. Por ello es que toca aprender a distinguir y valorar a esos verdaderos ángeles que Dios nos coloca en el camino y no andar desperdiciando buenas intenciones con personas que no las merecen, así nos evitamos tusas innecesarias.

Pero, ¿Cómo identificar un verdadero amigo? Pues, es completamente sencillo. Si las características que anteriormente mencione coinciden con alguien que conoces, ¡siéntete feliz! porque no tienes un conocido o un amigo, sino ¡un hermano!



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lunes, 18 de noviembre de 2013

¿PARA CUÁNDO EL GRADO?


-¿Hola cómo estás? -Bien, ¿y tú? - Muy bien también, una pregunta: ¿tú cuando es que te gradúas? -Sabes la misma pregunta me la hago yo, pero ven acá y a ti ¿qué diablos te importa?


Sí, llega un momento en que esta pregunta se convierte en el centro de cualquier conversación que tengamos. Y aunque queramos contestar con 10 mil piedras en la mano, no lo podemos hacer por educación y simplemente con cortesía nos toca inventar una fecha sabiendo que en el fondo ni tú la sabes.

Es un hecho que para algunos la obtención de un titulo profesional se convierte en un verdadero dilema. Por mala suerte, pereza, mala programación o por lo que se le quiera llamar; resulta ser así. Durante la universidad son muchos los retos a los que toca enfrentarse, así como a dificultades que nos pueden llevar a fracasar. También decidimos aplazar ciertas obligaciones dejándolas hasta el final y cuando despertamos nos encontramos con la soga al cuello. Llega el momento en que suena la campana y comienzan las preguntas entre tus conocidos respecto a tu fecha de grado y no sólo entre tus conocidos; también entre tus padres, tus hermanos, tu primo, tu tío, tu abuela, tu padrino, tu madrina, el vecino, el lechero, la de la tienda y todo el mundo.

Es precisamente esa avalancha de preguntas e insistencia por parte de todas tus amistades respecto a tu grado, la que te hace sentir el más vago de los vagos; más cuando ves que tus amigos contemporáneos comienzan graduarse. Las excusas se acaban y la falta de tiempo para terminar la tesis, el proyecto de grado, los cursos de inglés, las practicas y demás requisitos que exigen las instituciones de educación superior; convierten la fecha de grado en algo que se posterga semestre tras semestre y que pareciese que nunca va a llegar.

Aunque parezca que no, estas situaciones que se ven color de hormiga tienen varias soluciones, pero la más certera es dejar todo tirado y salir corriendo (esto es una broma).

Si estás en una situación como esta lo primero que debes hacer es enfocarte y dedicar el tiempo que sea necesario a ello, porque tu futuro depende de los esfuerzos que hagas hoy. Por ello dejar a un lado todas esas actividades no prioritarias a las que les dedicas mucho tiempo como lo son la rumba, la Tv, facebook, instagram, twitter, youtube, whatsapp, blackberry, etc...; se convierte en algo prioritario.

Y ésa es la parte más complicada de todas. A todos nos pasa, decimos por ejemplo: "hoy sí voy a ponerme a estudiar", uno se sienta al pc y cuando abre lo que va a estudiar decide también abrir facebook con la excusa de que sólo será por 5 minutos, esos supuestos 5 minutos se convierten a la final en 8 horas y finalmente uno no termina estudiando nada. Después uno se termina lamentado porque el tiempo que se va, no vuelve.

Son todas esas las distracciones acompañadas de la pereza, las que nos alejan de nuestras metas. Toca entender que si queremos tener éxito en el futuro, éste no caerá por arte de magia del cielo o simplemente lo encontraremos a la vuelta de la esquina. Hay que asumir que con el sudor de nuestra frente y nuestro esfuerzo es la manera como lo podemos conseguir. Porque la disciplina y la constancia son actitudes que nos pueden ayudar a cumplir nuestros objetivos.


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viernes, 15 de noviembre de 2013

Mini Paro Cardíaco


Todos tenemos momentos en los que el transcurrir pareciese normal hasta que ¡PUM!, sucede algo que nos genera un impulso nervioso que nos pone el corazón a mil. Precisamente cuando ello ocurre sentimos esa sensación que es una mezcla de emoción y susto que sucede en una fracción de segundos ante algo que pasa contrario a como lo esperábamos y todo gracias a nuestro sistema nervios simpático; esa misma sensación es la que vulgarmente llamamos:  "mini paro cardíaco" (tómese en sentido literal). 

No importa el sexo, la edad, el estrato, la nacionalidad, la raza y etc; a la final como seres humanos compartimos las mismas reacciones ante ciertas circunstancias. Puede que no recuerdes y te encuentres un poco desubicado(a) en estos momentos, es por ello que a continuación menciono un par de esas situaciones que nos generan taquicardias repentinas o mini paros cardíacos, por ello te las dejo a ver si más de una te ha sucedido, por ello te pido que imagines cuando:

"Vienes caminando por la calle y sientes que alguien te sigue". Esto no te da sólo un mini paro cardíaco, sino diez. En una circunstancia como esta la adrenalina nos hace sacar el atleta que llevamos por dentro, queremos caminar más rápido o correr con tal de huir de esa persona que aparentemente nos persigue, y ante todo lo último que nos atrevemos a hacer es mirar hacia atrás.

"Te llega un mensaje y crees que es de esa persona". Puede pasar que estás pendiente de tu teléfono esperando que te llegue un mensaje o esa respuesta que te tiene sudando frío, y 'zaz' suena o vibra el celular, revisas y era una cadena o un mensaje de tu operador móvil (en esos momentos sólo dan ganas de tirar el celular a la pared).

"Vas en un taxi y éste toma un camino distinto al usual". Dios! esta es una situación en la que se te sube hasta la bilirrubina; es que cuando uno acaba de retirar dinero o de hacer una compra lo primero que quiere es llegar cuanto antes a tu destino. La sorpresa es cuando el taxista toma un giro o desvío inesperado, sólo eso es suficiente para que uno se imagine que saldrá en las noticias como la nueva victima del 'paseo millonario' y mientras reza el credo al derecho y al revés, sin darse cuenta llega a su destino en el menor tiempo que esperaba gracias a un atajo que tomó el conductor. 

"Vas por la calle y ves a tu 'ex' después de tanto tiempo". No sabes si saludar, ignorar, reír, llorar o correr por todo lo que sientes. Es que pasa que crees haber olvidado pero en tu interior tenías tus dudas. Lamentablemente aunque hayas puesto la cara más coqueta y te las tires del o la importante, termina resultando en que no te mira o era alguien parecido.

"Dejas tu bicicleta, moto, o carro afuera de algún lugar y cuando sales no está". Esto sí que te puede sacar una lagrima al instante, y no es para más. Por fortuna siempre tenemos aquellas malas amistades a las que les encanta pegarnos nuestros susticos y al final resulta siendo una broma (aunque en Colombia que esto termine siendo una broma es similar a ganarse el baloto). 

"Cuando el profesor dice: Voy a llamar a un estudiante para que explique la clase y resultas ser tú". Estas son las situaciones que te hacen decir "WTF", ¿qué hago ahora? Por lo general las veces que esto te llega o llegó a suceder fue cuando precisamente no habías estudiado nada y no tenías ni la menor idea del tema. A la final los valientes que salen a explicar la clase terminan haciendo el ridículo.

Quizá alguna o varias de estas circunstancias aunque parezcan exageradas te han sucedido, o por lo menos le han pasado a alguien que conoces. Cabe resaltar que salir bien librados de muchas de ellas es cuestión de suerte. Otras veces puede que termines metiendo las patas. Ahora bien te exhorto a compartir uno o varias de esas circunstancias que te generaron un "mini paro cardíaco" y que merecen ser contadas. Y si lo deseas también puedes leer mi artículo anterior: Momentos Incómodos.




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martes, 5 de noviembre de 2013

Momentos Incómodos Top


A todos, o sea a todos nos han pasado muchas situaciones que nos han avergonzado o hecho vivir momentos incómodos, claro está que unos más que otros, porque a algunos pareciera que la vida les hiciera pagar sus karmas haciéndoles ser los chavos del ocho siempre. Por más que intentemos ser muy cuidadosos, meticulosos, sigilosos y etc. Pareciera que el mismísimo diablo confabulara para que caigamos en estas situaciones embarazosas en las que sólo queremos que nos trague la tierra o pintar un bosque y perdernos en él.

Este no es un post para hacerte sentir el/la más tonto/a de los(a) tontos (aunque así lo pareciera). No siempre nuestra torpeza es la responsable de que pasemos instantes vergonzosos, también por culpa de terceros podemos estar en circunstancias en las que no sabemos ni qué cara poner.

A continuación enumeramos un top de nueve circunstancias que definitivamente son "Momentos Incómodos", unos provocados por nosotros mismos, otras por alguien; pero de igual formas nos dan las mismas ganas de cerrar los ojos y salir corriendo del lugar donde suceden. Ellos son:

Momentos Incómodo 1: Estás en un lugar y haces contacto visual con alguien a quien estabas mirando. Sucede que por 'X' o 'Y' razón se te da por mirar a alguien, cuando menos piensas esa persona voltea y se da cuenta que tú la estabas mirando, y te mira también; de la vergüenza te toca saludarle o mirar para otro lado.

Momentos Incómodo 2: Cuando ves una película con tus padres y aparece una escena full porno. Por cosas de la vida ese día te quedaste viendo peli o tele con tus papás, todo era risas y diversión hasta que salió la escena de sexo que duró sólo 20 segundos pero en el ambiente se sintió como si fuese durado una hora.

Momentos Incómodo 3: Estabas en la casa de un amigo le prestas el baño y luego el inodoro no bajó. Preciso no estabas en tu casa y te dan unas ganas de ir al baño de esas que sientes que se te sale hasta el alma, y como no puedes aguantar más pides prestado el baño. Luego que terminas, el sanitario queda tapado, y gracias a ti toda la casa de tu amigo(a) queda con un peculiar aroma.

Momentos Incómodo 4: Le dices "Mami" o "Papi" a tu profesor(a). Estabas charlando con tus compañeros de clases, riendo, y se te da por preguntarle algo a la profe, cuando la llamas le dices "mami"; en ese momento todo el salón queda en silencio y luego todos comienzan a reírse incluyendo la profe. Deseas hasta no existir.

Momentos Incómodo 5: Eres hombre, vas a tener sexo con una vieja y no se te levanta (esto más que incómodo es traumático). Llega justo el momento  que los dos estaban esperando y preciso el pajarito se te queda dormido. El resto de la historia se la pueden imaginar.

Momentos Incómodo 6: Saludar a alguien creyendo que te saludan a ti. Un día pasabas por la calle, mirando para cualquier lado, escuchaste tu nombre, volteaste y miraste a alguien, lo saludaste, esta persona te miró y no te dijo ni pío. Todo empeora cuando te diste cuenta que la calle estaba llena de gente y te vieron.

Momentos Incómodo 7: Tenías una conversación subida de tono con alguien y luego tu papá o tu mamá la lee. Pasa que tenías una conversación caliente con una(un) amiguita(o) especial en tu celular y se te da por ir a buscar algo, dejas tu celular con la conversación abierta, cuando regresas encuentras a tu papá o mamá con el celular en la mano mirando detenidamente la pantalla.

Momentos Incómodo 8: Hablabas de una persona y cuando te das cuenta lo tenías detrás. Sucede que hablas con un amigo o amiga de alguien, justo cuando dices algo inoportuno de esa persona, pasa y escucha todo. Sólo te queda fingir que hablas de otra cosa para disimular.

Momentos Incómodo 9: Tus papás intentan darte clases de sexualidad. Llega ese incómodo momento en que tus papás creen que eres ese niño(a) inocente que no sabes ni siquiera lo que es un condón. Aunque lo hagan con buena intención nosotros sólo queremos que esos minutos pasen volando, colocamos cara de interés mientras que mentalmente decimos; "Si supieran".

Quizá alguna o varias de estas circunstancias aunque parezcan exageradas te han sucedido, o por lo menos le han pasado a alguien que conoces; y si por el contrario nunca te han ocurrido, lamento decirte que en un futuro te pueden  sucedan. Y todo porque así es la vida y ella está llena de momentos alegres, tristes, de rabia, de euforia, y también está llena de Momentos Incómodos.



Pd: Puedes compartir uno o varias de esas circunstancias trágame tierra que consideras deben estar incluidas en este top. Y si lo deseas también puedes leer La vida nos hace bulying.
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lunes, 28 de octubre de 2013

¿Y tú que haces para darle un respiro al planeta?

El ciudadano del siglo XXI debe ser aquél capaz de afrontar los desafíos que nos impone día a día la globalización, con la capacidad para identificar y resolver problemas con sentido de pertenencia e interacción con el entorno, formando así una sociedad con responsabilidad social (ética, ambiente y valores). Muy distinto a lo exigido en en siglo pasado. Según estudios del programa para el desarrollo humano de las Naciones Unidas (PNUD), se encontró que el 61% de los habitantes del planeta viven en 3300 conglomerados urbanos en los cuales se produce el 72% del producto interno bruto mundial. El resultado sociocultural de ese éxodo masivo a las urbes es una nueva manera de vivir, en cuanto a: sentir, pensar, actuar, relacionarse, creer, tener y comunicarse. 

Al mismo tiempo otros estudios y observaciones realizadas por psicólogos, comunicadores y sociólogos, señalan que los ciudadanos contemporáneos usan menos palabras para comunicarse con sus semejantes; comparado con décadas atrás. Ya que los nuevos entornos donde habita lo han convertido en un ser más "anónimo", que reside en megaciudades donde apenas conoce a su vecino e incapaz de dar solución  por sí mismo a problemas a los que se expone a diario. Probablemente la misma sociedad lo relega a ser espectador, pero lo más alarmante es que tampoco muestra el interés por dejar de serlo. Pocos son los que se atreven a ser actores y dar su aporte. Precisamente esos son los ciudadanos que se necesitan hoy en día.

Sin alejarnos de los parámetros que le impone la educación a los ciudadanos del siglo XXI, para toda persona debe ser indispensable realizar actividades que lo hagan sentir pleno, superando aquello que hicieron sus padres e incluso lo que ellos mismos piensan que pueden hacer, y ante todo dejando de una u otra forma una huella a manera de agradecimiento con su entorno. Lastimosamente la preocupación del ciudadano joven de hoy es tener el último smartphone, vestir acorde a las tendencias de la moda, ir al gimnasio para pulir el físico, tener cuenta y ser activos en cuanta red social inventan, mantener el puntaje más alto en Candy Crush (incluso presidentes como Nicolás Maduro se han declarado adictos a él), saberse la canción que está pegada, verse todo reality show o serie que exista, y así sigue muchas reglas para ser aceptado en los estereotipos del mundo moderno y no quedarse atrás. Lamentablemente el capitalismo salvaje y la sociedad consumista nos ha vuelto sus esclavos. Cuando el verdadero ciudadano del siglo XXI pensado por los intelectuales de la antigüedad, debe ser aquél que en conjunto lea y escriba libros, aprenda una segunda lengua, toque un instrumento musical, practique un deporte, tenga empleo y realice actividades como sembrar un árbol. Lo que lo haría ser un humano integral.

Puede que muchos hayamos tenido la oportunidad de cumplir en el colegio o la universidad un par de esas actividades y considerarnos medianamente "íntegros", más, si nos comparamos con nuestros antepasados o con habitantes de zonas vulnerables en donde a duras apenas se puede aprender a leer y escribir. Es precisamente ese sentirnos "íntegros" o "afortunados" y tras analizar el último ítem del párrafo anterior en el que se mencionaba el "sembrar un árbol" (lo que no debe ser entendida en sentido literal, sino como una forma de retribuirle con nuestro sudor algo al medio ambiente por todas las cosas que nos brinda), me llevó a formularme la siguiente pregunta: ¿Qué estoy haciendo yo para darle un respiro al planeta? Intenté plantearme respuestas basándome en todas las campañas de concientización que vemos en los medios de comunicación, las cuales seguía al pie de la letra pero que resultaron ser actos hipócritas como: desconecto mi cargador en la noches (pero en el día cargo mi celular mínimo tres veces), ahorro agua cuando me cepillo los dientes (pero en la ducha me demoro media hora), mantengo todas la luces de mi casa apagadas (pero paso ocho horas diarias frente al computador o la tv). Al darme cuenta de ello me enteré que no estaba haciendo prácticamente nada, aquellas conductas por las cuales sacaba pecho y estoy seguro que usted también lo hace, sólo son una cortina de humo para camuflar todas esas otras acciones en las que pareciera que la tierra nos importara un carajo.

Por esta razón es que intenté obviar esas acciones "heroicas" en las que terminé aportando realmente cero al cuidado del medio ambiente. Y basándome en el hecho de que la cosas cuando nos cuestan el sudor de la frente más les damos sentido y valor. Me propuse desde ese momento realizar acciones que de verdad contribuyan a que la tierra tengo un respiro. Por eso comparto la primera de muchas de esas actividades que pretendo hacer de ahora en adelante.

Al averiguar en la web es sorprendente la cantidad de ideas que podemos realizar con materiales que tenemos a la mano en nuestra casa. La cuales con tan sólo hacerlas podemos darle un respiro en una millonésima de segundo al planeta (¿Se imaginan cuánto no sería si los más de cinco mil millones que habitamos la tierra lo hiciéramos frecuentemente?). Entre tantas opciones y buscando una que se amoldase a mis recursos disponibles me decidí por darle un nuevo hogar a varias plantas de agua en bombillos de luz incandescente usados (antiguas bombillas). Para realizar ello utilice los siguientes materiales: Bombillas antiguas usadas, pinza con extremo biselado, cajas de huevo, tijeras, temperas ecológicas, agua y plantas acuáticas.

El procedimiento a seguir fue retirar el extremo metálico de la bombillas usando la pinza con bisel y dándole un giro de 360 grados (es lo único complicado de toda la actividad, puesto a que hay que tener mucho cuidado ya que las bombillas son frágiles y pueden romperse). Luego recorte las secciones de las cajas de huevo que serían el soporte de mis bombillas. Posterior a ello pinté el nuevo soporte y las bombillas para darle un mejor aspecto. Por último llené de agua las bombillas las puse sobre sus soportes y trasplanté las plantas y quedó listo el mini jardín. Posdata: Si deseas hacerlo también y vives en una ciudad tropical es necesario que cambies el agua de las bombillas gradualmente puesto a que puede ser reservorio de larvas de mosquito.


Esta es una propuesta sencilla para darle un nuevo uso a varios objetos que no dudamos en tirar a la basura. Hacerlo no frenará el calentamiento global, ni cerrara en dos días el hueco que existe en la capa de ozono. Pero sí hará que tomemos consciencia respecto a los aportes que podamos hacer  individualmente en pro del medio ambiente, lo que sin duda él nos agradecerá. Estos son sólo mis propios aportes. Te invito a dejar de ser espectador y convertirte en un actor de los que tanto necesita la sociedad hoy. Por ello te pregunto:

¿Y tú que haces para darle un respiro al planeta?

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  Alvaro J Tirado R.

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martes, 22 de octubre de 2013

Todos tenemos un amor que nos complica la vida.



Todos tenemos una persona con la que hemos tenido por mucho tiempo nuestro enredo.  Con la cual se ha pasado por todas las facetas habidas y por haber de una relación (conocidos, amigos, amigos especiales, amantes, novios, exnovios, prometidos, etc). La vida nos hace experimentar una especie de juego del gato y el ratón con esa "alma gemela"; te junta, te separa y a la final cuando crees tenerlo todo controlado terminan siempre en nada de nada. Es que por más que uno no quiera algún día nos llega una persona que de verdad nos mueve el piso, con la que pareciera que las cosas son inviables pero siempre anhelamos tener algo.


A algunos les toca experimentar muchas veces antes de toparse con alguien que le pone fin a toda esa vida desenfrenada de tropiezos amorosos. A muchos su primer noviazgo los marca y los hace pensar que ése es el amor de su vida, al que no pueden olvidar y con quien quisieran estar por siempre, lamentablemente muchas circunstancias se encargan de impedirlo. Es desesperante como la vida te une y te separa de algunos amores, lo cual te complica la vida. De tanto terminar y volver aprendes a odiar y amar al mismo tiempo. Esos amores complicados son como una espinita que se te clava en el corazón y te desordenan todos tus sentimientos cuando se aparecen.  Pasa muchas veces que crees haber olvidado y por cosas del destino te cruzas en el camino nuevamente con ese ex-amor,  sin planearlo las cosas fluyen nuevamente entre los dos y se vuelven a enredar. Pero por 'X' o 'Y' razón algo conspira contra su relación y hace que vuelvan a separarse. Por algo será que cupido siempre usa pañales, porque siempre la caga.

Sucede que la persona con la que más quisiéramos estar se nos convierte en la menos indicada para nosotros. Y es precisamente ese dilema el que nos hace preguntar: ¿Si las cosas están listas para estar juntos y nos gustamos tanto por qué siempre hay algo que nos separa, será que no es para mí? Y no encontramos respuesta, sabemos que las cosas no tienen futuro, siempre nos confundimos y terminamos convirtiendo estas relaciones en amores de luna que nos suben al cielo cuando inician y nos bajan al piso cuando se acaban. Las que parecieran no tener fin o incluso cuando crees haberle puesto punto final algo pasa y vuelve a nacer el amor. 

Puede que seamos masoquistas y nos guste sufrir. Sabemos que volver con esa persona que tanto nos gusta no nos traerá nada bueno, pero nuestro instinto de mulas nos incita a aventurar y esa misma aventura es la que nos desgasta muchos años de nuestras vidas. Parece mentira pero esas parejas que se separan y luego vuelven, terminan y se vuelven a juntar; a la final nunca quedan juntas, sino que cada quien termina casado o viviendo con alguien diferente. Esa historia mágica de casarse con el primer y único amor ya es muy de los abuelos o está muy devaluada hoy en día, ¿Será por eso que hay tanto divorcio?


Como dice la canción del grupo argentino la mosca "todos tenemos un amor que nos complica la vida", con quien no sabemos en qué vamos a parar. Siendo optimistas hay un refrán que dice que: "Cuando dos corazones están destinados a estar juntos, ni el cielo ni la tierra puede separarlos". Quizá se cumpla el día en que te cases con esa persona que tanto te complicó la vida. Pero en el caso de que cada quien se case con otra persona ¿Habrá entonces fin de la historia de amor?

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