Qué Difícil es ser niño y tener que pedirle permiso a tus papas para salir a donde quieras ir. Qué difícil tu primer día de clases, conocer nuevos amiguitos, mudar tu primer dientecito, perderte por primera vez en un supermercado, descubrir que papa Noél no existe, querer ser grande, decirle a tus papás cuando rompiste algo de la casa y llorar por sus regaños.
Qué Difícil es ser adolescente y que tus papás no te comprendan. Qué difícil es aceptar que el niño Dios no te traerá más juguetes en navidad, decirles a tus papás que tienen que ir a una reunión en el colegio porque te portaste mal, perder tu primera materia, ver aparecer tus primeras espinillas, decir el primer ¿quieres ser mi novia? dar el primer beso, organizar la fiesta de tus quince años, tu primera resaca, que te rompan por primera vez el corazón, escuchar a todos decirte madura y darte cuenta que ya no eres un niño.
Qué Difícil es cuando tú estás enamorado, cuando no eres correspondido, enamorarte de alguien que está lejos, escuchar que te digan un no, darte cuenta que te engañan, darte cuenta que no le gustas, llorar por amor y tener que olvidar.
Qué difícil es ser tú y darte cuenta que la vida de los demás siempre es más fácil que la tuya, que siempre todo te pasa a ti sólo a ti, que ni tú mismo te entiendas cuando estás feliz o con rabia. Qué rico es darse cuenta que tú no eres el único difícil, que así como pasas por muchas cosas que crees que te pasan a ti solito, a los demás también le suceden. Sí, eres especial pero las enseñanzas de la vida son similares para todos, total te toca sacarte de la cabeza que es Difícil ser Tú.
